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El proyecto de arte urbano Persona, activismo creativo entre ruinas y fronteras

 


Aparte de la frontera como concepto físico o espacial existen y se levantan muchas barreras que nos limitan, se podrían mencionar una diversidad de ellas, barraras económicas como los aranceles, barreras culturales o religiosas e incluso sociales. Fronteras todas ellas en ocasiones excesivas que bajo el argumento maniqueo y arbitrario en la mayoría de las ocasiones de regular los flujos de población. 


Nos condicionan nuestra capacidad innata como seres humanos para desplazarnos, provocando que poco a poco nos vayamos aislando en comunidades cada vez más empobrecidas tanto socialmente como culturalmente. Que son moldeadas a base de discursos que destacan por sus sesgos de todo tipo de índole, ya sea idiologicos, raciales, sexuales, o aquellos perjuicios que están supeditados a nuestra condición o clase social.


Llegando a constituir nuevas fronteras físicas que indican una evolución que más que romper con una tradición la reinventa. Y que induce a evocar una célebre frase o reflexión del célebre psicoanalista Carl Gustav Jung, una de las principales figuras del psicoanálisis de principios del siglo XX, que entre otro méritos se podría citar que fue el fundador de la escuela de psicología analitica, y cuya cita dice “La libertad se extiende sólo hasta los límites de nuestra conciencia.”


Cómo todas las grandes reflexiones pretendia sentar catedra, pudiéndose prestar a una infinidad de interpretaciones, dependiendo entre otras muchas cosas de las limitaciones en la percepción que hayamos heredado como sujetos. Pero cuyo concepto nos exime en nuestro fuero interno de contemplar o considerar cualquier tipo de frontera fisica que nos pueda coartar. 


Posición eterea que se desvanece cuando salimos al mundo real y comprobamos para nuestra desolación que nos tenemos que adaptar a un contexto social e institucional, donde las fronteras continúan más vigentes que nunca. A pesar de que debido fundamentalmente a los avances tecnológicos de los que disfrutamos como consumidores se hayan extrechado las distancias, posibilitandonos que con vivamos en un mundo donde esas mismas fronteras cada vez son más difusas y por lo tanto más confusas a la hora de discernir. 

Una de las aportaciones de Jofre Oliveras, al proyecto. Persona, es un mural en Jordania que mezcla humanidad y tradición en un retrato

A esta paradoja en la percepción de las barreras administrativas  se puede llegár de muchos y diferentes caminos, pero quizás sea desde la práctica artística desde la que más natural resulta diluir cualquier tipo de fronteras físicas. Quizás por su modelo ontológico basados en ideas abstractas, que independientemente del planteamiento creativo y su manifestación artística, cuesta menos cuestionar la utilidad de las fronteras. 


Ejemplos hay muchos y muy diversos, algunas de estas iniciativas la hemos venido tratando y mostrando en NQ. Proyectos de los mas variopintos que desde opticas muy diferentes en términos artísticos, han tratado de abordar y superar el debate de las fronteras geográficas. En esta ocasión me hago eco del proyecto llamado Persona, un colectivo de artistas que inspirándose en la historia de la infinidad de distribuciones geográficas que ha habido en la cuenca Meditarranea a lo largo de su dilatada historia. 


Opera desde la que quizas se una de las ciudades que por su situación geográfica se ha convertido en el epicentro de más episodios migratorios, concentrados su mayoría en la segunda mitad del siglo XX, y cuyos efectos se pueden observar a poco que camines por las calles de un Beirut, que a pesar de  estar instalada en un constante conflicto. 


Lo más interesante y profundo es lo que la contemplación de las ruinas provoca en nosotros. En cómo nos lleva a afrontar nuestro pasado y, en consecuencia, a cuestionar el valor de nuestra existencia. 


Lucha denodamente por resurgir de sus cenizas una y otra vez, mostrando una capacidad de reconstrucción asombrosa. Habiéndose convertido en el escenario principal donde interviene estéticamente, tanto los miembros permanentes del colectivo Persona, como de los artistas invitados que colaboran con ellos en alguno de sus proyectos.


Una de estos vértices de creatividad activista es el proyecto nómada llamado Underline, cuyo tema central gira alrededor de promover la idea de crear una comunidad artística transfronteriza basada en la difusión de los Derechos Humanos a través de diferentes acciones. 


Transmitiendo la idea de que el arte como expresión es una herramienta, a partir de la que se puede generar el comienzo de una transformación comunitaria y social. Siempre haciendo hincapié en el activismo desde la esfera proyectada por cualquier tipo de propuesta artistica, que  tenga como medio sobre el que se ejecuta en el espacio público y con la gente que habita su territorio. 

Faith 47 cambia de registro con el que inunda de flores las zonas portuarias afectadas por una explosion


Pero aparte del programa Underline en el que para su puesta en marcha han colaborado con la organización The Art of Change Organizatión que como Persona también tiene su sede en Beirut,  y que en su caso trabaja enfocada en proyectos donde el territorio de acción es el espacio público, un territorio a través del que exploran su rendimiento expresivo. 


A traves de crear itinerarios de arte urbano, cuya finalidad consiste en reflexionar sobre diferentes temas sociales utilizando el grafitti como hilo conductor. Cuentan con otros programas como Ruins, donde los artistas participantes intervienen en espacios ruinosos. 

La artista Alba Fabre representa en un gran mural una mujer que se ahoga rodeada de flores


Para ello se propone generar una narración colectiva y heterogénea. Una historia que se cuenta a través de experiencias reales, textos, dibujos o pinturas. Diferentes visiones y lenguajes van componiendo una perspectiva colectiva de las ruinas que materializamos como intervenciones en espacios abandonados. Ocupando espacios privados que son edificios y arquitecturas abandonadas para empezar a crear nuevas exposiciones como espacios públicos libres. 


O su más reciente iniciativa, un grito a la conciencia global con el que pretenden denunciar la dificil situación por la que está atravesando y a la que enfrenta el pueblo Palestino y su aislamiento diplomático al que últimamente se ve sometido, por lo que su presencia en los medios de comunicación es primordial a través de iniciativas como.


El colectivo de arte Persona con sede en Beirut, utiliza los efectos de los conflictos sobre el espacio público para exorcizar sus heridas a través de la práctica artística. 


La titulada Act for Palestine, se trata de una iniciativa global y destinada en este caso no solamente a cualquier tipo de artista visual o multimedia. Sino que abren el abanico de posibilidades, pudiendo realizar su aportación escritores, cineastas, músicos. O cualquiera que se considere sensibilizado sobre la causa Palestina desee colaborar con ellos. 


Cómo ya han colaborado los artistas urbanos Jofre Oliveras, que aparte de incluir un breve texto para redacción de su sitio web, ha realizado varias intervenciones, que no solamente ha tenido su impacto en Beirut. Sino que ha ampliado su radio de acción trasladándose a países limítrofes como Jordania o la propia Palestina


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Dirigiendo un proyecto con el que pretende plasmar las posibilidades de encuentro de las diferentes culturas que conviven en la Cuenca del Mediterráneo. Invitando artistas como la artista española Alba Fabre, que representó durante septiembre del año pasado Un enorme rostro femenino que se ahogaba en el agua rodeada de ramos de flores. Un enorme mural que pintó en una de las fachadas del  Instituto Cervantes de Beirut. 


O la sudafricana Faith 47, que prescindió de sus ya iconicas imágenes formadas por angeles,  sustituyendolas por flores que en este caso emergen de paredes que como consecuencia de la devastadora explosión portuaria del 4 de agosto de 2020, que dejó al país sin un gobierno plenamente operativo durante trece meses y aceleró su colapso económico.  La razón de la selección del motivo hay que buscarla en que la artista quería encontrar un lenguaje visual a través del que hacer llegar un mensaje de esperanza a la población. 



Lisa Waud - Flower House, Detroit renace entre flores


Como aperitivo de lo que será su próximo proyecto de grandes dimensiones, la artista Lisa Waud. Un desafío por el que se ha propuesto alfombrar uno de los muchos edificios que languidecen en la ciudad de Detroit.

Inundándolo con hasta 60.000 plantas de diferentes especies. En esa misma ciudad ha completado recientemente la intervención titulada Flower House, optando por una versión a escala mucho más modesta. En la que emplea una cifra que comprime hasta reducirla tan solo a 4.000 plantas. 

La mayoría cultivadas y cosechadas por la misma Lisa, en el huerto de su propiedad y que vendía al público en la floristeria de la que ella era gerente y que se vio obligada a cerrar recientemente. Acción con la que trata de reorientar su trabajo, esta vez aplicando un enfoque más creativo.

Inspirada por las intervenciones monumentales del artista conceptual Christo. El embrión del proyecto de Flower House, actúa como alegoría de lo que la artista imagina o desea, creando un escenario donde la naturaleza reconquista parte de su territorio utilizando el paisaje urbano. Como andamiaje sobre el que germinar un nuevo paisaje reconfigurando su entorno.

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Flower House es una actuación que pone en valor espacios en desuso, enfocándo su actividad hacia parámetros donde la creatividad, la utilización de recursos existentes en el entorno y su utilización ecológica se conviertan en sus piedras angulares.


Azuma Makoto - Iced Flowers, flores congeladas en el tiempo y su rastro de memoria

Encapsuladas en urnas de cristal que simulan ser fragiles y etereas, pero que en realidad son cubos de hielo. Diferentes especies de flores y plantas permanecen inertes. Representando la metáfora poética de una situación extrema.

Realizada por el artista Azuma Makoto, las flores como materia orgánica modifican su comportamiento y propiedades, paralelamente a la descomposición del hielo solido en agua liquida. Liberándo de su opresor helado a las plantas que han permanecido fosilizadas hasta ese momento.

Volviendo a resplandecer de vida y adaptandose a un medio mas amable con sus especificaciones biologícas. Restableciendo el ciclo infinito de la vida, que habia sido parcialmente alterado debido a un cambio brusco en el clima, por el que las temperaturas habian descendido de forma subita.


Titulada Iced Flowers, la instalación que se presenta de forma uniforme en filas paralelas, se disuelve en un patrón caótico que coloniza de forma arbitraria el espacio. Pereciendo cuando el agua que se deposita en el suelo es evaporada por la iluminación de la sala.

Azuma es un especialista en trabajar flores, con las que crea instantes que obedecen a parametros que evocan a la percepcion del paso del tiempo y la memoria, siempre desde una optica emotiva. 

Azuma es propietario de la tienda de flores de alta costura JARDINS des FLEURS que esta ubicada en Minami-Aoyama, Tokio. En 2005, además de estas actividades como florista, comenzó a explorar las posibilidades de expresión de las flores y plantas, descubriendo nuevas formas que no pueden sostenerse en el marco del arte de las flores. A partir de su exposición individual en Nueva York, presenta una serie de obras de vanguardia en todo el mundo, incluyendo Europa, Estados Unidos, Asia y América del Sur. En 2009 funda el colectivo botánico experimental AMKK con el que se propone demostrar  la conexión entre el sujeto y las flores. Creando una narrativa donde las flores se proyectan utilizando tecnología de rayos X.

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Azuma Makoto - Exobiotanica, flores camino del espacio


Si ayer la artista Nina Lindgren nos invitaba a bucear en su ciudad estrella fabricada con un material en principio tan poco convencional para construir como es el cartón. 

En esta ultima entrada con la que cerramos una semana en la que por fin parece que ha llegado un otoño con sus lluvias y su descenso de temperaturas. Nos hacemos eco en NQ del proyecto del artista con sede en Tokio Azuma Makoto que ha cumplido ese mismo sueño pero a escala mas modesta.

En su caso se ha decidido por emplear como material de construccion una selección de bonsáis y especies ornamentales japonesas que ha puesto en una órbita en el espacio interestelar. Consiguiendo un resultado tan sugerente como surrealista. 


Composiciones que posteriormente ha fotografiado logrando un contraste sorprendente y de una belleza peculiar y casi conmovedora. Realizada en colaboración con un equipo de la compañía de ingeniería JP Aerospace.  

Cuyo personal se encargaron de asesorarle en aquellos aspectos que tenían que ver con el supuesto comportamiento de la materia orgnica de origen terrestre expuesta a un entorno, cuyas características en principio les era netamente adversas. Parametros que Azuma incorporo a la hora de diseñar su puesta en escena. 


El proyecto bautizado como Exobiotanica. consistio en lanzar al espacio un bonsái de 50 años y un ramo formado por diversas plantas y flores hasta 30.000m de altura en una nave especializada. Las cámaras de  hiperalta resolución capturaron una imagen cada segundo, creando 12.000 obras de arte del vuelo


Utilizando como materiales para fabricar el soporte donde adaptar tan singulares astronautas, espuma de poliestireno y un marco metálico muy ligero. El equipo creó dos dispositivos para fijar el bonsai y el ramo. Cada dispositivo tenia adjunto un equipo de cámaras fotográficas y hasta seis cámaras de vídeo con las que no perder detalle de su travesía por las capas mas altas de la atmósfera desafiando la gravedad.